jueves, agosto 31, 2006

Quema de libros

¿Qué hacer ante la quema de libros? Desamparo describe el sentimiento ante ese ritual límite. Porque dejamos el terreno del espectáculo y la representación para llegar, de lleno, al ritual, por cierto, nada culto. La quema, en sí, es preocupante, pero mucho más que la realicen maestros de secundaria. Sólo es una quema simbólica, nos dicen, sin darse cuenta de la dimensión horrenda de sus palabras. Claro, y desde luego, es simbólica y destruye un símbolo poderoso. Hace poco menos de cuarenta años el país decidió, con mucha ayuda externa, desde luego (¿recuerdan el club de Roma, por ejemplo?) dejar de crecer y multipicarse tanto, sin pensar en alternativa alguna a la formación de los profesores. Vemos los resultados, los maestros en México sobran y estorban y son, ni duda cabe, quienes comienzan a encabezar muchas protestas. El abandono en que nos tuvo cóbraselo caro, dice la novela Pedro Páramo. El abandono que como país hemos tenido hacia los maestros lo cobraran caro. Y no será, a ojos vistas, nada ilustrado ni culterano. Con sueldos mínimos y sin retribuciones dignas, sin alternativas de crecimiento y sin apoyo ni prestigio, los maestros se forman en la protesta y la lucha, pues desde hace años se les ataca y divide. Oaxaca y Guerrero, cuna de protestas y cuna, desde luego, de muchas de las guerrillas de los últimos, también, cuarenta años es donde inician las protestas y las quemas. Ahora sí, por desgracia para todos, ya hay balas y muertos. Si queremos, la de Chiapas no se dio como ritual sino como representación, más cercana a la unniversidad que a las primarias y secundarias.

Los maestros no quieren modernizarse, no quieren cambios de planes, no quieren libros distintos, no quieren métodos diversos, no quieren, al final, formar a sus alumnos de la manera pedida por la Secretaría de Educación Pública. Bajo esa lógica, tienen razón, modernizarse, para ellos, es morir, desaparecer, evaporarse. Queman los libros pues representan un conocimiento que no desean impartir, pues los excluye. Se formaron con métodos y contenidos de principios del siglo veinte, y no quieren moverse.

Cuán dolorosa la quema de los libros. Libros, además, pagados por el estado, gratuitos para los estudiantes. Es, de cierto, un delito señalado en la ley destruir o comercializar los libros de texto gratuito, pero la ley dejó hace mucho de aplicarse en el país.

Integrantes del Movimiento Reivindicativo por los Principios de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero quemaron los libros frente al congreso local.

¿Qué hacer ante la quema de libros?...

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