domingo, enero 27, 2008

¿Quién le teme al Kindle?

De seguro, no Steve Jobs:

...when Mr. Jobs was asked two weeks ago at the Macworld Expo what he thought of the Kindle, he heaped scorn on the book industry. “It doesn’t matter how good or bad the product is; the fact is that people don’t read anymore,” he said. “Forty percent of the people in the U.S. read one book or less last year.”

To Mr. Jobs, this statistic dooms everyone in the book business to inevitable failure.
[nota completa]

Randall Stross, autor de la nota, concluye de modo por demás interesante: The object we are accustomed to calling a book is undergoing a profound modification as it is stripped of its physical shell. Kindle’s long-term success is still unknown, but Amazon should be credited with imaginatively redefining its original product line, replacing the book business with the reading business.

Claro, la industria editorial se dividirá, de seguro. Quienes entren de lleno al negocio de la lectura y quienes pasen al negocio de los libros. Es decir, la mayoría se irá al negocio o la industria de la lectura, sin importar el sustrato físico o metafísico del texto y vendrá, casi estoy convencido, la balcanización de la industria editorial o, por decirlo en positivo, el nacimiento de muchos pequeños. Quedarán otros pocos quienes apostarán por un sustrato artesanal, serán menos pocos que antes y seguirán teniendo los mismos problemas que ahora.

El negocio de la lectura, el comercio con las palabras, será minoritario, si lo comparamos con casi cualquier otro negocio. El valor de ese negocio, siempre se ha insistido, no radica en sus ventas... y seguirá así...

sábado, enero 19, 2008

Sigo con los libros alterados

Sigo con los libros alterados.

Primero, Thomas Keeley:



Vía Dadanoias

Después, una transformación bastante interesante:




Quizá deba escribir un decálogo de cómo no leer un libro.

lunes, enero 07, 2008

Directorio de la industria editorial mexicana 2009

Aparece el Directorio de la industria editorial mexicana 2009 editado por Libraria. Buen y mal asunto. Bueno, porque alguien logra dar el primer paso. Malo porque es más delgado que su título. Según el DIEM existen 1001 puntos de venta de libros en la muy alta y ancha república. Pero en ese millar más uno se incluye las tiendas departamentales, las cadenas (Palacio de Hierro, Liverpool, Sanborns), las gubernamentales (Educal), las de aeropuerto y varias más. Bien definido como punto de venta, para no discutir qué es una librería. Si definimos librería como el punto de venta de libros que cumpla las sigueintes dos condiciones: primera, que más del 50% de su espacio esté dedicado a la exhibición y venta de libros y, segunda, que más del 50% de sus ventas sean de libros, en México hay pocas, pero muy pocas librerías. No conté las editoriales, ni he hecho la diferencia entre los puntos de venta de la Ciudad de México y los de otras ciudades, pero permite un buen inicio para la reflexión y la localización, pues un directorio sirve para encontrar, aunque casi todo mundo lo olvida. Arrigo Cohen se lamentaba alguna vez en una entrevista de que la gente le pedía su teléfono, cuando desde siempre aparecía en el directorio. Amigos editores y libreros tengo que no consultan nunca las páginas blancas del directorio... Nuestro sistema educativo es tan excelente que pareciera nadie sabe buscar en un directorio, ni en un mapa ni en una enciclopedia al terminar la primaria. Tampoco saben enviar un carta (los telegramas prácticamente desaparecieron, aunque existe todavía telégrafos nacionales del cual desconozco sus haceres). De los diccionarios mejor ni hablamos. Esperemos, pues, que alguien lo consulte y todos nos preocupemos por mantenerlo actualizado y pasar la voz de su existencia.

LinkWithin

Blog Widget by LinkWithin